PEJERREY PARA TODOS LOS GUSTOS EN NECOCHEA

Las playas de la localidad ubicada a unos 130 kilómetros al sur de nuestra ciudad volvieron a ofrecer un espectáculo maravilloso para la pesca de los “flecha de plata”, porque no sólo otorgaron una buena cantidad, sino también calidad de pescado. Los lugareños venían obteniendo excelentes resultados y el pasado fin de semana no fue la excepción. Lugares como la conocida “Cueva del Tigre” rindieron muy bien, con mar en excelentes condiciones y el pique sostenido a lo largo de jornadas formidables desde lo climático.

El calendario marca que la temporada del pejerrey escardón va llegando a su fin. La temperatura del agua de mar, que ha registrado un notable descenso en las últimas semanas, comienza a ser poco propicia para una especie que lentamente remonta hacia el norte buscando aguas más templadas. Y es una temporada que ya nos va dejando un sabor a poco, porque mayo (el mes que históricamente ha sido el mejor) se presentó con condiciones de mar poco favorables que casi nos impidieron durante dicho período plantar nuestras cañas en la arena.

Bajo este contexto, y aprovechando las excelentes condiciones que se presentaban el pasado domingo, nos decidimos por ir hasta la ciudad de Necochea para relevar, como lo venimos haciendo en los últimos años, las playas que se encuentran al sur de la famosa “Cueva del Tigre”. Tal como auguraba el pronóstico nos encontramos con un mar impecable, con un color de agua excepcional y una suave brisa del noroeste, condiciones que se mantuvieron de sol a sol.

Llegamos casi con la pleamar y elegimos como cancha un banco de arena que nos permitió realizar la pesca que teníamos pensada: con aparejos de fondo. Ello resulta clave ya que la zona presenta también canaletas muy profundas pero que, en su mayoría, tienen fondos de piedra y son más aptas para intentar de flote.

La pesca fue excelente en cantidad y el pique estuvo firme a lo largo de toda la jornada. Fue durante la mañana, en coincidencia con la máxima y las primeras horas de bajante, donde obtuvimos los mejores resultados porque hubo calidad de pescado. Luego del mediodía el tamaño fue mermando, pero, en las últimas horas del día, con el repunte, aparecieron otra vez los matungos.

La línea quebrada de dos boyas, de 4 o 5 brazoladas, fue el aparejo más rendidor. Vale remarcar que resultó clave la utilización de la ceba, tiro a tiro en los ruleros, para mantener constante y activo al pejerrey. Como es habitual, las carnadas predilectas fueron el camarón preparado, la lisa y el magrú cortado en tiras para rematar el anzuelo.

Una vez más nos volvimos llenos de las playas de Necochea. Un lugar excepcional, con paisajes únicos y que no defrauda cuando en la mira apuntamos al escardón.