TREMENDA CORVINA NEGRA DE 15 KILOS EN MARCHI

Una tremenda corvina negra apareció en la zona de playas de CELPA, más precisamente en la boca de Mar Chiquita. La capturó un amigo de la casa, el pescador marplatense Miguel Fascetti, quien además se llevó unas cuatro moritas de entre 2 y 4 kilos. Es por eso además que crece la expectativa entre los fanáticos porque se vienen registrando capturas desde hace varios días

Es fuerte el movimiento de pescadores que esperan el servicio de cruce para poder pescar la tan buscada corvina negra allí en playas de Celpa, justo en frente del Balneario Parque, cuando va promediando el mes de noviembre. En los últimos días pueden verse una tremenda cantidad de cañas apostadas en muy pocos metros, y eso es porque la especie se sectoriza mucho. Justamente esa dificultad resulta un atractivo más para uno de los peces más peleadores que tiene el mar.

La nota la dio en las últimas horas una negra que sobrepasó los 15 kilogramos de peso. La capturó un pescador de Mar del Plata, Miguel Fascetti, quien ya tenía en su haber unos cuatro pichones de entre 2 y 4 kilos, logrados en la misma jornada. Es que ese es el común denominador de la pesca que se viene realizando en el lugar hace una semana: la mayoría son las famosas moritas, para muchos expertos, las de mayor valor culinario.

Según comentó el propio Micky”, realizó el cruce con los servicios del Complejo La Reserva, del Negro Alberto Martínez, y decidió apostarse sobre el extremo norte de la boca. El pique comenzó a darse en *plena creciente, unas dos horas antes de le pleamar, momento en el que la especie se acerca a la costa a comer. De hecho el protagonista comentó que casi todas las cañas que estaban en el lugar (que no eran tantas porque el clima no era el ideal) tuvieron su merecido trofeo.

Respecto a la forma de pesca, fueron lances cortos, de unos 40 o 50 metros. En cuanto a la carnada, la mayoría de los ejemplares salieron con langostino, mezclados con mejillón. Sin embargo, el protagonista de tamaña pesca tuvo una corazonada que al final dio sus frutos: tomó un cangrejo que estaba en la arena, “uno común, de esos blancos que andan ahí” confesó Miguel, que tenía el tamaño ideal para el anzuelo, y lo envolvió con la pulpa de dos mejillones. Minutos más tarde la caña arrancó.

Las morochas ya están en zona y los fanáticos se frotan las manos. Es una pesca difícil, distinta, porque suele entregar poco premio si se compara cantidad de cañas versus cantidad de capturas. En un análisis general, cuesta encontrar una especie que arrastre tantos cañófilos. Se trata de una búsqueda constante, de seguimiento, con pescadores que suelen ir hasta 4 o 5 días seguidos. Y en algún momento, tarde o temprano, paga. A juzgar por como arrancó la historia, podríamos estar en presencia de una gran temporada.

Diego Fernández

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