MATUNGOS ESQUIVOS EN SALADA GRANDE

Aunque las heladas de las últimas semanas complicaron la pesca en varias lagunas de la provincia, algunos pescadores marplatenses que estuvieron el fin de semana en Madariaga pudieron dar con ejemplares de excelente porte, que sobrepasaron el kilogramo de peso. Debieron buscarlo muy cerca de los juncos e incluso pescaron al garete. Aunque el pejerrey está comiendo muy mal, y la faena fue muy complicada, finalmente lograron salir con la cuota.

Según el informe que nos acercó Adrián Gauna, Natu Aguiar y Néstor Rodríguez Goncalvez, tuvieron que ingeniársela también para batallar con un espejo de agua que estuvo completamente quieto. Es por eso que -siguiendo los consejos del guía Jonathan Burgos- comenzaron la jornada muy cerca del Club de Pesca y Náutica General Madariaga, lugar elegido para embarcarse. El viento del día anterior había enturbiado bastante el agua y para colmo de males el frío también hizo mella.

Aunque tocaron algunos allí, con el sol ya en plenitud buscaron mayor profundidad y rápidamente comenzó la acción. Pero el pejerrey comía muy mal y eso motivó que se erraran muchos piques. El porte no era el esperado, por lo que los marplatenses debieron achicar carnada y optar por mojarras más chicas. Promediando el mediodía, con una línea arrojada cerca de la embarcación y dispuesta al movimiento del agua, apareció el gran ejemplar de la jornada: una captura que llegó casi al kilo y medio de peso.

Ante la inconsistencia del pique, decidieron moverse a sectores diferentes en espacios de 20 a 30 minutos. Llegaron a la zona de Urrutia, transitaron los callejones, siempre buscando los juncos. Aunque el porte mejoró notablemente, todos venían apenas agarrados del labio y con piques muy sutiles. Por momentos buscaron el centro de la laguna, pescando al garete, y también consiguieron pescar. La laguna presentaba en su interior muchísimas embarcaciones que también debieron trabajar mucho para encontrar el pescado.

En cuanto a los aparejos, sobresalió el de dos boyas o tres boyas, con trampa en la madre o en la brazolada. Según comentaron nuestros amigos, el “palito” balanceado color negro y rojo fue el que hizo la diferencia y el que más capturas logró. Recorrieron además clásicos sectores como Chiozza, la zona de las conchillas e incluso Barranca de los Loros, éste último el elegido para el tramo final de la pesca del día. En todos los lugares, pudieron dar con pejerreyes robustos, lo que indica que Salada Grande de Madariaga responde a quienes hacen bien los deberes.