LA ALBUFERA DE MAR CHIQUITA COMO EN SUS MEJORES EPOCAS

La pesca del pejerrey está mostrando resultados asombrosos a lo largo y a lo ancho de toda la laguna, principalmente en las zonas de mayor profundidad. Si bien el porte de las capturas es variado, aparecieron verdaderos “matungos” que no son tan típicos de ese ambiente. A días del comienzo del período de veda, la pesca atraviesa uno de sus mejores momentos.

Del relevamiento realizado en los últimos días se desprende que hay mucho pejerrey en Mar Chiquita y que se mueve en los lugares donde la laguna tiene mayor profundidad. De hecho, un buen porcentaje de capturas se dieron en el canal de navegación que sale desde el Recreo San Gabriel, hacia la segunda goma, con fuerte epicentro en la zona del cartel. Pero incluso laguna abajo, en sectores como Punta Ondina o Punta Pejerrey, también apareció en la zona del veril.

O como sucede en los últimos palos del Recreo Juan y Juan, donde salió pescado muy bueno. Y desde allí, apenas a unos minutos de navegación, en una cancha muy atractiva: las correderas de agua entre los grandes bochones de la boya desinflada o la boya rosa, donde el movimiento del pez incluso puede verse a flor de agua. En cada una de las pasadas que hace, es normal poder clavar dobletes e incluso algún que otro triplete.

En cuanto al porte, hay de todo. Pejerrey chico (aunque dentro de la medida mínima), medianos (los que más abundan) y otros que son realmente extraordinarios para el lugar, que llegan a superar los 400 o 500 gramos de peso. Para mantener el cardumen algunos pescadores arrojan ceba cerca del bote para atraer a los más pequeños y arrojan los aparejos un poco más atrás para capturar los más grandes. La fórmula funciona bien pese a que los piques son más esporádicos.

Más allá de alguna diferencia mínima, todas las líneas funcionan bien. En los últimos días -por ejemplo- se impuso el aparejo de fondo clásico, de 3 o 4 brazoladas de unos 50 cm con anzuelo número 5. Pero en semanas anteriores las tres boyitas regulables e incluso un paternóster cásico dieron muy buenos frutos. El pez es muy peleador, pero no está voraz, por lo que la caña en mano es clave para no darle ventaja y acertar en la clavada. El camarón es la carnada predilecta (preparado le da menos chance de escaparse), aunque también anda el filet de magrú o dientudo.

Mar Chiquita ofrece la mejor antesala para el período de veda de pesca del pejerrey, en el que los fanáticos se ven obligados a dejar sus cartuchos listos únicamente para los sábados, domingos y feriados. Para esos días, las opciones son amplias porque la laguna está muy bien no sólo de nivel sino también de calidad de agua y porque el pescado está por todos lados. Arranca a comer cuando calienta el sol, un rato antes del mediodía, así que sólo se trata simplemente de tener un poco de paciencia y esperarlo.

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