MAR CHIQUITA SIGUE A PURA LISA

Se vienen obteniendo lisas de muy buen porte dentro del albúfera de Mar Chiquita, aún cuando las condiciones climáticas no son las mejores. Están, pero cuesta hacerlas comer. El agua clara y la baja profundidad son las llaves del éxito.

Es lento el progreso, pero sigue el pique de los “torpedos” en Marchi. En las últimas semanas se vienen registrando muy buenas pescas pese a que el viento juega una mala pasada. Si es fuerte, el agua de la laguna tira a enturbiarse y la historia se complica mucho. Es cierto que hay mucha lisa a lo largo y a lo ancho de la albúfera, incluso el movimiento de los cardúmenes suele estar a la vista, pero no es nada sencillo hacerlas comer.

Una de las claves es la elección del lugar. Las últimas pescas interesantes se dieron en sectores como el “médano blanco”, que tiene baja profundidad y eso responde a que el agua se calienta más rápido ante un sol que todavía lejos está de ser veraniego. También hay que mirar de reojo las lluvias, porque de ser intensas, decanta con residuos naturales a través de canales y arroyos y también es un escollo.

Igualmente, Mar Chiquita responde con lisas de excelente tamaño, muy peleadoras, con jornadas que también son rendidoras en cuanto a cantidad. La segunda goma, al norte del Recreo San Gabriel, o el fin de la línea de palos del Recreo Juan y Juan son sectores que han rendido. Este último tiene un plus: la bahía del Arroyo Sotelo, la zona por excelencia cuando la especie busca refugiarse de condiciones que no le gustan.

No hay misterio ni con las líneas (andan las tradicionales de 5 boyas, a lo sumo alguna trampa de 3 boyas y 5 anzuelos) ni con la carnada (peceto o panza lisa coloreada de rojo). Los que lo lograron, insisten que hay que buscarlas y una vez encontradas, intentar, pero por un lapso de tiempo corto. Si en 20 minutos o media hora no pasa nada, hay que moverse. Después de tanto trabajo, el resultado llega al fin del día. Claro que la pesca deportiva no es una ciencia exacta y es mucho peor cuando se trata de lisa. Pero el que no arriesga, no gana.